viernes, 3 de abril de 2009

PRTXT 9.4

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Martina, la de los ojos brillantes.

Naciste y el mundo nació de nuevo.
Verte crecer me va llenando por dentro, como si yo hubiera sido creado para esperarte y contenerte. Colmarme de tu Ser de luz que me invade, derrocándome las ideas, revolucionándome el gobierno interno.

Con vos descubrí que el corazón era de colores, de mil colores brillantes, inexplicables e intensos.

Si te reís, los Jacaranda se llenan de flores púrpuras.
Si lloras, hasta el sol se pone serio.

Hago equilibrio con mis lagrimas, para no llorar cuando te reto.

Con una formula que todavía no logré descifrar, inventaste una palabra que no conocía “alegría”.

Tu mirada me descubrió enorme, gigante, con poderes que ni yo mismo sabia que tengo. Dueño del sueño, supe que con mi voz susurrándote “Soleado”, lograba hipnotizarte y dormirte.

Cadena de milagros, atada a mi de la mano, sos capaz de ir al cielo. Si supieras que seguridad siento yo. Cuanto miedo menos tengo. Sin vos, tiemblo al ver un perro.

Modifico el aire.
Convierto con mis manos el frío en un calor intenso, cuando abrazados te canto desafinado “Strangers in the Night”. Tus ojos, penetran un cono de silencio, que pareciera tocar el espesor del tiempo.
Cuando la escuches, allá en el tiempo, voy a estar siempre, y mas de noche, para que no extrañes al custodio de tu sueños.

Me confías cada duda, como si fuera capaz de responderte todo. Cuando sos vos quien me da todas las respuestas. Soy un signo de pregunta, escrito con tinta de tu pelo.


Yo quisiera ser eterno y despertarte cada mañana de tu vida, como hoy lo hago, esperando el momento justo para decirte:
- Bon giorno Principessa!
Mezclado al sueño, con los ojos entreabiertos, es como si recién ahí el mundo se pusiera en movimiento.

Y no escribo más, no puedo. . .



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